En
la antigüedad, a China se la llamaba la “Tierra Divina”, ya que los 5.000 años
de su cultura están atravesados por un profundo entendimiento de la relación
del hombre con el cosmos, y la convicción de que el ser humano tiene un origen
divino al cual debe regresar. Este carácter es evidente en todos los aspectos
de la sociedad antigua china, desde la arquitectura a la agricultura, desde la
ciencia a las artes. Y la danza no es una excepción. Para entender mejor la
profunda connotación de la danza clásica china, La Gran Época entrevistó a Vina Lee, coreógrafa y
bailarina principal de la Compañía de Representación de Artes Divinas, hoy por
hoy la única compañía de danza clásica china que rescata los valores
tradicionales en sus representaciones. Esta compañía nació en Estados Unidos y
está de gira por las principales ciudades del mundo con su Spectacular de Año
Nuevo Chino. Vina nos explica:
“La
danza china pone énfasis en “los gestos corporales” y las “connotaciones
gestuales”, y expresa una característica fundamental de la cultura tradicional
china, la cual consiste en unir gesto y espíritu. El espíritu de uno dirige el
movimiento, y los movimientos comunican el espíritu. Por supuesto, para poder
transmitir el espíritu mediante un movimiento, el bailarín necesita un riguroso
entrenamiento, tanto en la parte física como en la espiritual, ya que los
movimientos no sólo necesitan ser certeros y precisos, también deben ser
sutiles y capaces de comunicar el espíritu. Esto requiere que los bailarines
tengan un estado mental adecuado, y también que sean capaces de dejar que el
espíritu guíe los movimientos, para controlar con precisión cada parte del
cuerpo