miércoles, 30 de mayo de 2012

INTRODUCCIÓN


En la antigüedad, a China se la llamaba la “Tierra Divina”, ya que los 5.000 años de su cultura están atravesados por un profundo entendimiento de la relación del hombre con el cosmos, y la convicción de que el ser humano tiene un origen divino al cual debe regresar. Este carácter es evidente en todos los aspectos de la sociedad antigua china, desde la arquitectura a la agricultura, desde la ciencia a las artes. Y la danza no es una excepción. Para entender mejor la profunda connotación de la danza clásica china, La Gran Época entrevistó a Vina Lee, coreógrafa y bailarina principal de la Compañía de Representación de Artes Divinas, hoy por hoy la única compañía de danza clásica china que rescata los valores tradicionales en sus representaciones. Esta compañía nació en Estados Unidos y está de gira por las principales ciudades del mundo con su Spectacular de Año Nuevo Chino. Vina nos explica:
“La danza china pone énfasis en “los gestos corporales” y las “connotaciones gestuales”, y expresa una característica fundamental de la cultura tradicional china, la cual consiste en unir gesto y espíritu. El espíritu de uno dirige el movimiento, y los movimientos comunican el espíritu. Por supuesto, para poder transmitir el espíritu mediante un movimiento, el bailarín necesita un riguroso entrenamiento, tanto en la parte física como en la espiritual, ya que los movimientos no sólo necesitan ser certeros y precisos, también deben ser sutiles y capaces de comunicar el espíritu. Esto requiere que los bailarines tengan un estado mental adecuado, y también que sean capaces de dejar que el espíritu guíe los movimientos, para controlar con precisión cada parte del cuerpo

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